sábado, 10 de marzo de 2012

PLANIFICACION REESTRUCTURADA

BIODIVERSIDAD GUIA PARA PRIMER AÑO MARZO 2012

ALIMENTOS TRANSGENICOS
Los alimentos transgénicos son aquellos que incluyen en su composición algún ingrediente procedente de un organismo al que se le ha incorporado, mediante técnicas genéticas, un gen de otra especie. Gracias a la biotecnología se puede transferir un gen de un organismo a otro para dotarle de alguna cualidad especial de la que carece. De este modo, las plantas transgénicas pueden resistir plagas, aguantar mejor las sequías, o resistir mejor algunos herbicidas. En Europa no todas las modalidades de transgénicos están autorizadas, sólo algunas pueden ser cultivadas y posteriormente comercializadas.

Los transgénicos, desde su nacimiento, han suscitado mucha polémica. Existen seguidores fanáticos y detractores acérrimos. Por ejemplo, Juan Felipe Carrasco, ingeniero agrónomo y responsable de la Campaña contra los Transgénicos de Greenpeace en España, cree que "la agricultura industrial, la que actualmente se nos vende como aquella que produce alimentos para toda la humanidad, desgraciadamente, está produciendo también muchísimos daños irreversibles". Para Carrasco "no es cierto que la ciencia esté a favor de los transgénicos", apuntando además que "los que estamos en contra de los transgénicos no estamos en contra de la ciencia del futuro, estamos en contra de la liberación de transgénicos en el medio ambiente". Para Greenpeace los transgénicos incrementan el uso de tóxicos en la agricultura, la pérdida de biodiversidad, los riesgos sanitarios no están evaluados, etc.

Sin embargo, Francisco García Olmedo, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad Politécnica de Madrid, piensa todo lo contrario. "Los transgénicos son la mayor innovación en producción de alimentos que se ha hecho en los últimos 25 años y no ha habido un solo incidente adverso ni para la salud humana ni para el medio ambiente" explicaba durante la última edición de MadridFusión 2010.

En cualquier caso, sea cual sea la elección final del consumidor, no está de más saber qué productos contienen organismos modificados genéticamente. Con este objetivo, Greenpeace ha elaborado la "Guía roja y verde de alimentos transgénicos". En la lista verde se encuentran aquellos productos cuyos fabricantes han garantizado que no utilizan transgénicos ni sus derivados en sus ingredientes o aditivos. En la roja están aquellos productos para los cuales Greenpeace puede garantizar que no contengan transgénicos.
Los alimentos sometidos a ingeniería genética o alimentos transgénicos son aquellos que fueron producidos a partir de un organismo modificado genéticamente mediante ingeniería genética. Dicho de otra forma, es aquel alimento obtenido de un organismo al cual le han incorporado genes de otro para producir las características deseadas. En la actualidad tienen mayor presencia alimentos procedentes de plantas transgénicas como el maíz, la cebada o la soja.

La ingeniería genética o tecnología del ADN recombinante es la ciencia que manipula secuencias de ADN (que normalmente codifican genes) de forma directa, posibilitando su extracción de un taxón biológico dado y su inclusión en otro, así como la modificación o eliminación de estos genes. En esto se diferencia de la mejora clásica, que es la ciencia que introduce fragmentos de ADN (conteniendo como en el caso anterior genes) de forma indirecta, mediante cruces dirigidos. La primera estrategia, la de la ingeniería genética, se circunscribe en la disciplina denominada biotecnología vegetal. Cabe destacar que la inserción de grupos de genes y otros procesos pueden realizarse mediante técnicas de biotecnología vegetal que no son consideradas ingeniería genética, como puede ser la fusión de protoplastos.

La mejora de las especies que serán usadas como alimento ha sido un motivo común en la historia de la Humanidad. Entre el 12.000 y 4.000 a. de C. ya se realizaba una mejora por selección artificial de plantas. Tras el descubrimiento de la reproducción sexual en vegetales, se realizó el primer cruzamiento intergenérico (es decir, entre especies de géneros distintos) en 1876. En 1909 se efectuó la primera fusión de protoplastos, y en 1927 se obtuvieron mutantes de mayor productividad mediante irradiación con rayos X de semillas. En 1983 se produjo la primera planta transgénica. En estas fechas, unos biotecnólogos logran aislar un gen e introducirlo en un genoma de la bacteria Escherichia coli ( E.Coli ). Tres años más tarde, en 1986, Monsanto, empresa multinacional dedicada a la biotecnología, crea la primera planta genéticamente modificada. Se trataba de una planta de tabaco a la que se añadió a su genoma un gen de resistencia para el antibiótico Kanamicina. Finalmente, en 1994 se aprueba la comercialización del primer alimento modificado genéticamente, los tomates Flavr Savr, creados Calgene, una empresa biotecnóloga. A estos se les introdujo un gen antisentido con respecto al gen normal de la poligalacturonasa, enzima que induce a la maduración del tomate, de manera que este aguantaría más tiempo maduro y tendría una mayor resistencia. Pero pocos años después, en 1996, este producto tuvo que ser retirado del mercado de productos frescos al presentar consecuencias imprevistas como una piel blanda, un sabor extraño y cambios en su composición. Aun así, estos tomates se usan para la producción de tomates elaborados.

En el año 2007, los cultivos de transgénicos se extienden en 114,3 millones de hectáreas de 23 países, de los cuales 12 son países en vías de desarrollo.4 En el año 2006 en Estados Unidos el 89% de plantaciones de soya (o soja) lo eran de variedades transgénicas, así como el 83% del algodón y el 61% del maíz.

CLONACIÓN
La clonación se define como una reproducción asexuada que origina individuos genéticamente idénticos. La hay de dos tipos; en la natural el hombre no interviene (regeneración de células idénticas a la original mediante el proceso de mitosis), mientras que en la artificial, recientemente descubierta, el hombre participa activamente.

Existen varios tipos de clonación artificial. En primer lugar, la clonación molecular consiste en el aislamiento de una secuencia de ADN de una célula y así obtener copias indefinidas de ésta. Se utiliza en laboratorios para obtener por ejemplo grandes cantidades de una proteína específica. Esta clonación cumple con cuatro etapas; fragmentación, ligación, transfección y selección. Luego de esto, las células clonadas reciben un cultivo especial

Un segundo tipo de clonación, es la clonación celular que consiste en crear una población celular a partir de una sola célula. El proceso se hace utilizando la técnica in Vitro.

La clonación terapéutica se utiliza para la investigación celular. Consiste en la producción de embriones humanos, pero no con el objetivo de crear personas, sino para investigaciones sobre el desarrollo humano. Buscan prevenir enfermedades o remediar algunas, como el cáncer, alzheimer, entre otras. En la actualidad ha sido muy trascendente, pues los científicos reemplazan células dañinas por las clonadas y así acabar por completo algún tipo de patología.

También se ha practicado la clonación de organismos que consiste en un procedimiento de crear un individuo genéticamente idéntico a otro. Este tipo de clonación es aplicable a plantas, semillas, árboles frutales, etc.

Dentro de la clonación de organismos, está la practicada en animales. El proceso consiste en la extracción del núcleo de una célula adulta llamada célula somática a un óvulo al que se le extrajo su núcleo previamente. Luego el óvulo con el núcleo de la célula somática es insertado en un útero. El primero en acercarse a este tipo de clonación fue John Gurdon en 1967, quien utilizó células de ranas, sin embargo su experimento no fue muy exitoso, pues las ranas clonadas morían antes de ser renacuajos. Más tarde se intentaron experimentos parecidos con ratones y otros mamíferos, pero sin duda el más exitoso fue la oveja Dolly de Escocia en 1997.

El procedimiento del experimento de la oveja Dolly fue el siguiente. Se extrajo el núcleo de una célula de ubre de una oveja. De otra se toma un óvulo no fecundado y se le inserta el núcleo de la célula de ubre. El óvulo es sometido a una descarga eléctrica para que se fecunde. Ya formado el embrión, éste se inserta en el útero de una tercera oveja se desarrolla y nace Dolly, idéntica a la oveja que se le extrajo la célula de ubre.

Tras este experimento, los científicos se cuestionaron sobre la clonación humana, pero en este terreno entra fuertemente la bioética y la religión. Éstos últimos sostienen que un ser humano clonado carecería de individualidad, no tendría padres, sería una especie de máquina. Aspectos que atentan contra la dignidad y derechos del hombre. Un tema polémico pero de gran interés científico.


¿QUÉ ES GERMOPLASMA?

El material que se conserva como semillas, cultivo de tejido o plantas establecidas en colecciones de campo se llama germoplasma. Algunos autores definen germoplasma a la variabilidad genética intra-específica o a los materiales genéticos que pueden perpetuar una especie o una población de un organismo.
El germoplasma es el conjunto de genes que se transmite por la reproducción a la descendencia por medio de gametos o células reproductoras.


El concepto de germoplasma se utiliza comunmente para designar el genoma de las especies vegetales silvestres y no genéticamente modificadas de interés para la agricultura.

Con el fin de conservar este material genético en cualquiera de sus fórmulas reproductivas (semillas, esquejes, tubérculos, etc) se han establecido en el mundo los llamados "bancos de germoplasma": su misión consiste en ubicar, recolectar, conservar y caracterizar el plasma germinal de las plantas que, por sus atributos son consideradas de interés prioritario para beneficio de la humanidad, además de aportar conocimiento científico orientado a la optimización de la conservación y uso de los recursos fitogenéticos.

BOVEDA DE SVALVAR
En febrero de 2008 se inauguraba en Noruega la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. Un búnker excavado en el permafrost nórdico para conservar, en caso de un gran desastre mundial, una reserva de semillas que garantice la restauración de las especies vegetales mermadas o extinguidas allá donde sea necesario, pero… ¿Tiene esto mucho sentido?

Cercano a las montañas de Longyearbyen, en el asentamiento de Spitsbergen, en la mayor isla de archipiélago noruego de Svalbard, encontramos entre el paisaje helado un extraño cubo de hormigón. Tras su puerta, que solo unos pocos están autorizados a traspasar, un largo túnel nos lleva hasta unas enormes cúpulas perforadas en el interior del permafrost, terreno congelado permanentemente y que actúa como un gigantesco congelador natural, para mantener, con una temperatura permanente de unos -18º a las cientos de miles de semillas que se van almacenando allí enviadas desde todos los rincones del mundo.

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El lugar, considerado por sus gestores como “el más seguro del mundo”, fue impulsado por el gobierno noruego y gestionado por el Fondo Mundial para Diversidad de Cultivos. En la actualidad, “el Arca de Noé del mundo vegetal”, ya almacena un tercio de las especies vegetales conocidas.

La idea no es nueva, ya que estos depósitos o bancos de semillas se pueden encontrar en varios países con la diferencia de que éstos no tienen la variedad ni la capacidad de almacenaje que posee la Bóveda de Svalbard y tampoco tienen una autonomía de conservación tan elevada. Por otro lado, tampoco estos “búnkers del fin del mundo” se limitan a las especies vegetales. En 2008 también se instauraba en Alemania el “Cryo Brehm”, un banco de células de animales salvajes destinado a conservar la herencia genética zoológica mundial.

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